Mikael Colville Andersen, es un danés que ha convertido a la
bicicleta en un tema de "estado".
Los amigos de El Definido nos avisaron en nuestra cuenta de Twitter que
habían entrevistado nada menos que al Papa de las Bicicletas, el danés,
periodista, fotógrafo y director de Cycle Chic, Mikael
Colville Andersen.
Fue tan importante que Mikael retratara a los pedaleros que
se convirtió en un referente para quienes integran a la bicicleta a su
estética. Fue así como el término Cycle Chic arribó a Amsterdam, Londres,
Barcelona, Bélgica, Sydney, Los Angeles, Helsinki, Nueva York, Paris, Toronto,
Bogotá, Berlín y por supuesto Santiago.
Pero no todo es fashionismo cletero. Colville lejos de las
frivolidades entendió que el cambio de paradigma en la movilidad urbana era una
fuerza social creciente y su discurso integró teorías tan revolucionarias
como que:
"Las bicicletas como medio de transporte tienen
sentido económico. Los autos son tecnología del siglo pasado.Por cada kilómetro
que una persona recorra en bicicleta, la sociedad gana €0.23. Por cada
kilómetro en el que se utilice el auto, se pierden €0.16. Esto es economía
básica. Los autos no son rentables. También continúan matando y hiriendo a
personas: 1,2 millones de personas mueren al año, 50 millones son heridas. Y
eso no incluye las muertes por contaminación, que se calcula que es diez veces
mayor".
Fue así como también fundó Copenhagenize.com,
portal de "ciclismo urbano para ciudades modernas", y lo más
importante, Copenhagenize
Design, un equipo de especialistas que viajan por todo el mundo
asesorando en temas ciclísticos, planificación, tráfico o comunicaciones.
Esto resulta importante cuando tenemos el imperativo de
desarrollo en distintas ciudades del mundo que desean posicionarse como
protagonistas. El aporte de este hombre resulta ser más que futurista,
constructor de una cada vez más apremiante realidad. Es así como
sus asesorías y su opinión frente a qué hacer, cómo avanzar, dónde
invertir para transformarse en una ciudad moderna, "de moda", se
convirtieron en una cuestión de "estado".
Muchas ciudades se están dando cuenta que las bicicletas son
perfectas para la descongestión. Con una urbanización en alza, las
bicicletas son una solución factible. Hay beneficios de salud y beneficios por
reducir la contaminación y la congestión.
Las ciudades que todavía están invirtiendo masivamente en
infraestructura de autos están pasadas de moda.
Colville es así de categórico y esto porque siendo oriundo
de Copenhaguen, donde el 36% de la población que utiliza la bicicleta cada día
para ir al trabajo o educación, se le hace absolutamente natural. Además,
entiende que es una decisión político-económica la contribución al desarrollo
de la bicicultura ya que contribuye con 233 millones de euros en ahorro de
planes de salud al año.
Los ingenieros que piensen primero en la bicicleta, luego en
transporte público y por último en los autos.
Si haces que la bicicleta sea la manera más rápida de
moverte por la ciudad, las personas la usarán.
Para esto hay que construir infraestructura segura, separada y por supuesto no sólo estúpidas líneas pintadas.
Para esto hay que construir infraestructura segura, separada y por supuesto no sólo estúpidas líneas pintadas.
Estos planteamientos a todos quienes andamos en bicicleta
nos parecen sumamente lógicos, pero no forman parte de las prioridades viales
de quienes administran el poder a menos que se encuentren en campaña. Para qué
estamos con cosas. Existen según la autoridad 400 kilómetros de ciclovías en
Santiago. Sin embargo, se encuentran mal implementadas, descontinuas, con un
criterio que vincula a la "bicicleta" exclusivamente con el
entretenimiento y no con la movilidad y el transporte.
Mickael es un defensor del pedaleo sin casco. Sus razones no
pasan por lo estético como podríamos creer. Son políticas y económicas. Una
sociedad de consumo que vende productos por medio de sentimientos tan nocivos
como el miedo, se hace proclive al uso de "ortopedias" como el casco.
Por otro lado, el asociar a la bicicleta con algo peligroso
por medio de la obligatoriedad del uso de casco, desincentiva su uso, siendo que
SIEMPRE es más inseguro andar en auto ya que provoca más muertes. Personalmente
lo veo de la siguente manera: Andar sin casco obliga a que los automovilistas
tengan el respeto necesario como para no provocar accidentes, generando una
cultura donde el ciclista sea tan importante como quien maneja
un automóvil.
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